LITTLE JOY (carne, calor y basura)

Era otoño y habíamos presenciado la filmación de Andy Warhol comiéndose una hamburguesa, no sé si lo hayan visto en youtube, una filmación maravillosa. Yo había concretado una cita con él después de años de buscarlo para una entrevista y llegué un poco antes, así que pude verla. Cuando terminó, me presenté y obviamente le recordé la cita. Tuve que esperar un rato entre los Andy Warhol SuperStars quienes hacían sus bromas locales y me hablaban poco, muy poco.

Después de un rato de esperar por ahí me dio el OK para comenzar. Coloqué la cámara y se sentó al centro rodeado de toda su gente. Comenzaron las preguntas, las cuales evitaré repetir porque creo que fueron muy estúpidas, como fanática del pop, qué le iba a preguntar?, pero he de confesar que tampoco obtuve muchas respuestas, fuera de unos “ah yes, ah no” y una que otra gesticulación, realmente pasó muy poco, aunque al final me tiró un dato, me dijo de la nada, “todos se enamoran de Dallesandro”.

Y quién era Dallesandro? Joe Dallesandro respondió y me mostró uno de sus screen tests. Y sí, todos se enamorarían de el! Un chico lampiño, con rostro anguloso, musculoso para esos tiempos, bisexual, artista porno y con un pasado perfecto para ser un Andy Warhol Superstar y ser adoptado por un padre como Warho. Su madre había estado en la cárcel y el se había ido a vivir a Nueva York con su padre ingeniero electricista y su hermano, y por cierto, cómo se parece al de la portada del disco The Album de The Smiths!, pensé.

Alguno que estaba por ahí enfatizó, no conoces a Little Joe? Hasta ese momento para mi Little Joe había sido el nombre de un cohete. Warhol me dijo: “si quieres mas información al respecto pregúntale a Lou, lo odia!, dice que tiene un IQ de 12 años”, rieron todos.

Me fui de ese lugar y en el camino recordé:

Little Joe never once gave it away

Everybody had to pay and pay

A hustle here and a hustle there

New York city is the place where they said:

Hey babe, take a walk on the wild side

I said hey Joe, take a walk on the wild side.

Cuántas veces habré escuchado esa canción de Lou Reed sin saber de quien hablaban. Cuántas veces habré visto la portada de Sticky Fingers de los Rolling Stones, sin saber de quien era esa famosa entrepierna.

Cuántas veces Joe habrá escuchado de hombres y mujeres Je t’aime moi non plus.

Anabella Pareja Robinson

OH DYLAN! (DYLAN, OH) // un ensayo con dos caras

OH DYLAN!

Si quisiera quedar bien con la mayoría de los lectores tendría que afirmar que el título de este ensayo hace referencia a Bob, pero si bien me encanta, en esta ocasión he decidido dirigir mis palabras a otro Dylan.

Hace unas semanas estábamos en una fiesta y recordamos el Grunge, no es que lo hubiéramos olvidado obviamente, pero hicimos hincapié en el.

Cuando uno viene de una familia muy formal, lamentablemente existen signos que aparecen en algún momento y no se entiende mucho de donde vienen. Iba en la secundaria y por algún motivo empecé a ver a mis compañeros vestidos con camisetas blancas de cuello en V, una camisa leñadora (esa de franela con cuadritos), a veces puesta, a veces atada a la cintura, unos jeans y botas. Los pelos largos y lacios con raya en medio. Alguna vez me animé a preguntar a que se debía y la respuesta fue la palabra Grunge. Mugre! Me tradujeron en otro momento.

Yo sabía que era un look que en mi casa no agradaría mucho, por lo que me dediqué a mirarlo y a tratar de identificar de donde venía, no tenía ninguna pista, pero por ningún motivo hice el intento de imitarlo. Prefería continuar con mi estilo y usar camisetas de Ferrioni, esas de los perritos, (no recuerdo la raza del perro) y zapatitos claro!, que encajaban mas con los gustos familiares. No estaba con ganas de revelarme y tampoco sabía muy bien que era lo que tenía que defender.

Fue así que un día encendí el televisor y me encontré con esa serie, Beverly Hills 90210, la empecé a seguir y entre todos esos personajes encantadores y rebeldes dentro de su freses lo descubrí a el, a Luke Perry, es decir Dylan McKay. Ahí lo entendí todo, ese look que veía tanto entre mis amigos lo había impuesto el. No lo voy a negar, no lo veía muy mugroso, pero lo intentaba bastante. Y así resumí el Grunge: Movimiento encabezado por Dylan McKay, el galancillo malo de Beverly Hills.

Un día le cambié de canal al televisor, pasé del canal 5, era ya la tercera vez que repetían el mismo capítulo, después de un largo zapping, me encontré con MTV, justo pasaban ese video de Smells like Teen Spirit, por cierto del cual tengo una duda aparte, Puede ser que haya dos versiones del video? En una de las versiones las mujeres tenían pelos en las axilas y en la otra versión no? Es una duda que nunca he podido aclarar, pero en mi recuerdo están claramente los dos.

Pero bueno volviendo al tema principal cuando vi el video descubrí al encantador Kurt Cobain y claro que pensé, esté chico si que se inspiró en Dylan McKay y lo superó. Mugre! De verdad!

ANABELLA PAREJA ROBINSON

DYLAN, OH!

La primera vez que escuché Smells Like Teen Spirit, tuve que fingir que me la sabía. Es decir, no tuve que, pero la pubertad es una etapa misteriosamente conflictiva, en la que uno (o yo) tiene que buscar ser aunque sea un poco cool para superar dificultades que dentro del refri de la memoria parecen absurdas. Evidentemente hay gente cuya temprana juventud es siempre fresca e inalterable: actitud relajada, chicas lindas, ataques de rabia que provocan misterio, un par de episodios desenfrenados que ponen de cabeza a la escuela y preocupan a tus amigos, también muy cool…

Dylan McKay era uno de ellos.

Corrijo: Dylan McKay no era uno de ellos, era El Ícono. El James Dean de “La Transición” (80’s—90’s). El cabello menos engominado de la televisión, el que fumaba de lado y miraba a lo Clint Eastwood. El que, cuidadosamente mugroso, con una t-shirt blanca, una leñadora y sus levi’s 501 se veía siempre mejor; y siempre estaba listo para la acción.

Luego vino Kurt, quien, aunque había estado trabajando en la prehistoria de Nirvana desde mediados de los 80’s, y aun cuando liberó su primer álbum a principios de la nueva década (el desconocido bleach) no fue sino hasta Nevermind (que vio la luz en el ‘91), que empezó a ser identificado con la idea del grunge. Beverly Hills 90210 llevaba ya mas de un año al aire cuando Kurt saltó a la fama. Quien iría a pensar que Aaron Spelling sería el abuelo del grunge? Por supuesto que Kurt (extremista como todo grunger) llevó las cosas mas lejos. En vez de una rubia californiana cualquiera, se casó con Curtney, en vez de cabello ligeramente descuidado, decidió llevarlo largo. Rompió sus jeans, desgarró su voz y se volvió heroinómano.

De pronto, en enero del ’92, Smells Like Teen Sprit suplanta a Dangerous de Michael Jackson en el número uno de las listas Billboard. Un extraño salto de la mugre a la mesa.

Tal vez sea gracias a Dylan y a Kurt (y a sus discretos productores), que a partir de los 90’s apelativos como mainstream y underground hayan dejado de ser antónimos.

La apariencia alternativa y oscura de uno de los mas grandes regalos de Mtv al mundo, (junto con las protagónicas axilas al natural en la versión de culto del video), me obligó a fingir que me sabia la letra, si quería ser cool. Años después, por la misma razón, tuve que fingir ignorarla. Por supuesto, en algún momento usé camisas a cuadros, t-shirts de cuello en v y casi llegué a escuchar a Pearl Jam. Los Backstreet Boys también las usaron, y la música de todas estas bandas se intercalaba con toda libertad en fiestas secundarianas alrededor del ’97. Supongo que aun sucede en algunos círculos. Lo cierto es que Dylan es mucho más que un personaje de las adolescencias noventeras (como si eso fuera poco). Dylan McKay es, nada mas y nada menos, que el Padre del Grunge Look.

JUANFRAN MALDONADO